Manifiesto
Cristo Nuestro Salvador
«Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podemos ser salvos» (Hechos 4:12)
Creemos que Jesucristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras, que somos redimidos por su sangre preciosa, justificados por su muerte y resurrección, hechos justos por su justicia, y aceptados en su Nombre.
Cristo Nuestro Sanador
El Señor Jesús tomó sobre sí mismo nuestras enfermedades igual como nuestros pecados, y de su vida resucitada y su toque viviente, nuestra fe puede recibir salud y fuerza.
«Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados» (Santiago 5:15)
Cristo Nuestro Santificador
«Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia» (2 Pedro 1:3)
La Santidad es el Señor Jesucristo mismo. Tal santidad significa vivir una vida de dependencia completa, a Cristo solo, en todo momento.
Cristo Nuestro Rey que Viene
«Veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, u viniendo en las nubes del cielo» (Marcos 14:62)
El Señor Jesús viene otra vez personalmente a la tierra. Esto no es una venida meramente espiritual al morir o una experiencia más profunda con el Espíritu Santo; sino es la venida del Señor mismo.
Cumplimiento de la Gran Comisión
El globo representa nuestra misión en el mundo.
«De gracia recibisteis, dad de gracia». Mateo 10:8
El Señor insta a sus seguidores que prediquen el Evangelio por todo el mundo.
Evoca al Sacrificio de Amor
«Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra.» (Lucas 22:44).
La salpicadura representa el sacrificio de Jesucristo en la cruz, en donde derramó su sangre para que nosotros fuéramos salvos, así como también simboliza a miles de misioneros y laicos que han dado sus vidas por el cumplimiento de la gran comisión.
Finalmente quiero que medites en esto:
El mundo nos dice que creamos en nosotros mismos, que seamos valientes y que creamos que podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos.
Confianza en Dios
«permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.»
Juan 15:4-5
A medida que crece nuestra fe en Dios, también crece nuestro (fruto) porque nuestra confianza está puesta en Dios en lugar de en nosotros mismos.
Telmo Cruz
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